Santuario del Crucifijo
Es un edificio simple y moderno, en forma de cruz y con el techo ascendente en madera de Alerce siberiano. Proyectado por el arquitecto español Julio Lafuente, se construyó el año 1955 y en breve fue erigido como Santuario en 1959.
Se le llama “Santuario del Crucifijo” porque, sobre la pared del frente, revestida de una madera tropical, está colocado un original crucifijo del cual la Madre Esperanza escribe en su Diario: “Jesús me ha hecho saber el enorme deseo que tiene de que se haga una imagen de su Amor Misericordioso y los símbolos que debe tener”.
El escultor español Cullot-Valera, en 1930, recibe el encargo de esculpir un crucifijo, en el cual pudiera ser evidente no tanto el tormento, sino el amor que manifiesta Jesús en la cruz para la expiación de nuestros pecados. La imagen debía tener tales rasgos y expresiones que hiciera exclamar como el centurión en el Calvario: “Este hombre es verdaderamente el Hijo de Dios”.
Jesús es representado sobre la cruz, que nos recuerda el sacrificio del Calvario; la Hostia blanca es la renovación diaria de aquel sacrificio en el altar de la Eucaristía.
La cruz se alza sobre un globo, el mundo, que sostiene también sobre sí una corona real y un libro abierto: el Evangelio. En el libro está escrito: “Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado” y sobre el cojín que sostiene la corona está escrito: “Eres, oh Cristo, el Rey de la Gloria”. Jesús, Amor Misericordioso quiere reinar sobre el mundo llevándolo al Amor.
Es característica la expresión del rostro que trasmite una gran serenidad, aún en medio del dolor y del sufrimiento. Representa a Jesús, aún vivo sobre la cruz, con la mirada hacia el cielo, como suplicándole al Padre: “Padre, perdónales que no saben lo que hacen”.
En el pecho se divisa el corazón rojo y sobrepasado por una palabra: “Charitas”. ¡Qué grandes han de ser las palpitaciones de su amor para estar tan contento de sufrir hasta la muerte! Con su sufrimiento ofrece una prueba y una medida de su gran Amor.