Comunicación nm. 2

Collevalenza, 10 de enero de 2022

Las jornadas de la tarde del 9 de enero y la mañana del 10 de enero se caracterizaron por escuchar el informe del Padre General Aurelio Pérez sobre el estado del personal, disciplina y administración de nuestra Congregación.

“... Hoy estamos aquí gracias a Dios, después de los grandes dolores de esta pandemia, aún en curso, que estamos viviendo en todo el mundo, y queremos levantar la mirada a esa luz que invocamos con confianza en la fiesta de la Epifanía, celebrada por unos días, y que invocamos cada día en la Eucaristía y en la petición al Padre, de su Espíritu Santo: una luz que, estamos seguros, sigue guiando nuestra vida en medio de cualquier oscuridad y prueba.

La estrella que los Magos vieron salir es la misma luz de la misericordia que hemos visto nacer un día en nuestra vida, y que todavía hoy nos precede y guía el camino, aunque también nosotros advertimos de vez en cuando, con el sufrimiento mezclado con la esperanza, la ocultación. Pero en este momento deseamos ardientemente que la estrella descanse también sobre esta Asamblea nuestra, como un día descansó sobre la gruta de Belén”.

El relato del padre general repasó los momentos más significativos y emocionantes de los últimos 8 años, también vividos junto a nuestras hermanas.

En la tarde del 10 de enero escuchamos el informe del ecónomo general, fr. Alessandro Di Gerio sobre el informe sobre el balance y la cuenta de resultados de la Congregación. El informe finalizaba con una cita de Don Tonino Bello: “La educación en la pobreza es un trabajo difícil: para quien la enseña y para quien la aprende. Quizá sea precisamente por eso que el Maestro ha querido reservar la primera bienaventuranza para los pobres, los verdaderamente pobres”.

El ecónomo general nos recordó que: también en este sexenio “en un mundo que aún conoce el hambre, nada nos ha faltado, porque el Señor nos ha multiplicado los “cinco panes y dos peces” (Jn 6, 9) que tantos hermanos y hermanas y tantos benefactores han puesto en nuestras manos para alimentarnos.