Jesùs Cristo, el Salvador, ha nacido
El brillo de las luces, el sonido de las campanas, la expresión de alegría en la cara de los niños, … todo lo que nos rodea no parecía permitir ninguna duda: es Navidad. La atmósfera ayuda pero no es bastante (por lo menos si no es correspondiente a una actitud interior) para que cada uno puede vivir el gran misterio que tenemos contemplar en esta Noche Santa: “«No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. (Lc 2,10b-11).
Madre Esperanza, mientras que se acerca la Santa Navidad, escribe a las diferentes comunidades de hijas del Amor Misericordioso: “Os pienso todas muy fervorosas y ocupadas mientras preparáis vuestros corazones para recibir Jesús que acaba de nacer. Hacemos que Jesús encuentre nuestros corazones calientes para el fuego del amor y de la caridad” (El pan 20, cir. 8).
Nuestra madre siempre vivió el día de Navidad de una manera muy especial. Ella quería que las hijas, y los hijos, se preparasen con gran amor para la celebración de la morada de Jesus en la tierra. Aun así el trabajo era muy exigente, las hijas encontraban la manera para preparar los “Bambinelli” y los pesebres: todos diferentes y significativos y Madre Esperanza los visitaba el día de la Navidad.
El deseo que nuestra familia religiosa dirige a ustedes es de vivir plenamente y profundamente esta Santa Navidad, en la contemplación de la pobreza y humildad en la cual nuestro Salvador se hizo carne.
Dios conceda paz y serenidad a vuestras familias, sobre todo para aquellas que están sufriendo momentos difíciles.
Hijos y hijas del Amor Misericordioso